El proceso de fermentación alcohólica se realiza a temperatura controlada, de forma que el mosto no se caliente en exceso y así prevenir la aparición de aromas no deseados en el futuro vino.
Una vez acabados los procesos fermentativos (alcohólico y maloláctico), el vino se mueve, por las instalaciones de material inoxidable de la Bodega, por gravedad, de forma que respetamos su integridad y calidad, evitando procesos de conducción forzada mediante bombas de presión.
Los vinos destinados a procesos de crianza y envejecimiento pasan a las barricas bordelesas de roble francés y americano que están ubicadas a 10 m bajo el suelo. Ya en la bodega y dadas sus características se consigue una temperatura constante baja durante todo el año y una humedad relativa comprendida entre el 65 y 85%.
El tiempo que permanecen los vinos de Liberalia en la fase de crianza están amenizados, de forma continua y a través de una instalación musical, por composiciones de Johann Sebastian Bach y Georg Friedrich Händel, con el fin de transmitirles la armonía, sosiego y estado de ánimo, tan fundamentales en este delicado proceso de crianza del vino.
Todos los vinos de Liberalia antes de ser embotellados, pasan sin filtración al proceso de clarificación. Este se realiza con clara de huevo natural, quedando sometido el vino a un dulce y lento estado de eliminación y arrastre de partículas sólidas para conseguir una espléndida limpidez y un brillo vivo y natural.